La confusión entre «deber» y «deber de» es de las más extendidas en nuestro idioma. Y la cosa es que ambos verbos tienen un significado totalmente diferente.

Me llama muchísimo la atención que la mayor parte de los políticos sean incapaces de utilizarlos de forma correcta. Pero no solo ellos, también periodistas, actores, escritores y personajes públicos que hablan y escriben de maravilla, meten la pata en este punto.

Vamos a ver si esta breve explicación te ayuda a distinguirlos de una vez por todas.

Deber (¡SIN DE!)

Deber: es una OBLIGACIÓN.

Es algo que tengo que hacer, sí o sí. Es mi DEBER.

Puedes sustituirlo por «tener que» o «estar obligado a»

Ejemplos:

Debo ir a trabajar.
Debes escuchar a tu audiencia. 
Deben respetar el mandato de sus votantes.
Debemos ser solidarios con los más vulnerables.

Deber DE 

Deber DE: es una SUPOSICIÓN.

No estás seguro al 100% de lo que dices, pero crees que es así.

Ejemplos:

Debe de ser Noruega (nunca has estado, pero esa aurora boreal…)
Debe de ser su hijo (se parecen mucho y se llaman igual)
Debo de tener alergia (estoy estornudando y no me he resfriado)
Debemos de haber cogido la salida que no era (nos hemos perdido, aunque no sabemos en qué momento)

OJO: Según la Fundeu y el Diccionario Panhispánico de Dudas, en el significado de SUPOSICIÓN, se puede utilizar indistintamente con o sin el «de». Personalmente, prefiero no hacerlo para no crearme confusión y distinguirlo con total claridad.

¿A ti también te cuesta? ¿O tienes algún truco para hacerlo?

Deja algún ejemplo más y comparte si te ha parecido útil.